Piano, solo (2007)

Bellísima.

"Piano, solo" es sencillamente la triste historia de vida del pianista y compositor de jazz italiano Luca Flores.
Dirigida por Riccardo Milani y basada en el libro "Il disco del mondo - Vita breve di Luca Flores, musicista", de Walter Veltroni.

Días y semanas después de verla me encontré en reiteradas ocasiones pensando en Luca, a veces en escenas puntuales y otras simplemente en la imagen que se formó en mí de tan inolvidable persona. Esto es obra y gracia del director, escritor y guionistas (Ivan Cotroneo, Claudio Piersanti.), que supieron presentar cada hecho de la historia del músico que lo fue formando, que lo fue moldeando, que fue definiendo cada nota de su vida que lo llevó a la inevitable cadencia final.

Me gusta decir que el elenco es bellísimo, y no me refiero sólo a belleza estética sino también a esa belleza armónica que puede conformar una persona, cuando transmite lo mismo con la imagen, con las palabras y con los gestos. Luca vivió rodeado de personas de diferentes estilos, que cada actor interpreta a la perfección.
Visualmente es hermosa, filmada en Florencia y otras partes de Italia, y con una fotografía muy elegante y sutilmente lograda, a cargo de Arnaldo Catinari. Sin impresionar, esas imágenes se te graban.

"Piano, solo", además de ser una fiel biografía y un intenso drama existencial, es el significado del jazz, del jazz en el hombre.
"Piano, solo" es la pregunta inconclusa de si el hombre compone jazz, o el jazz compone al hombre.

Imperdible.



The conversation (1974)

No le temo a la muerte. Le temo al asesinato.

Harry Caul (Gene Hackman) es posiblemente el mejor especialista en vigilancia del país. Perfeccionista, solitario y reservado, pasa la mitad de su vida espiando por encargo y la otra mitad evitando ser espiado. Hackman construye de manera brillante a un personaje que ha perfeccionado sus habilidades a costa de ciertas cualidades humanas; puede confesarse por robar un diario pero no porque su trabajo termine matando a alguien - el resultado de su trabajo, explica, no le interesa. Es un profesional. No hace preguntas porque no le corresponde pero, principalmente, porque no quiere tener que lidiar con las respuestas.

La película comienza justo en mitad de su mejor trabajo: espiar a dos personas en medio de una enorme plaza pública en San Francisco. A través de un número de escenas brillantes (con una impecable edición de sonido - quizás una de las mejores que haya oído), encontramos a Harry resolviendo el problema y, mientras trabaja en el resultado final, repitiendo la grabación una y otra vez, se convence de que alguien morirá a causa de ella.

Lo interesante es que mientras progresa la trama su propia interpretación de esa grabación va cambiando. Tiene en sus mandos un documento sólido e innegable pero lo que entiende sobre el mismo varía; la grabación es clara pero se niega a revelar su significado. Y es justamente la búsqueda de ese significado lo que lleva a hundirse en una conspiración de espionaje corporativo y asesinato, obligándolo a confrontar decisiones morales respecto a su trabajo.

"La conversación" es un thriller brillante construído alrededor de una sola línea de diálogo. Habla sobre paranoia, invasión de privacidad, espionaje y crisis de consciencia en un hombre que no desea saber, pero lo hace, y como ese conocimiento lo destruye de a poco.

Coppola dirigió a "La conversación" como un proyecto pequeño entre la filmación de las dos primeras partes de "El Padrino". El hecho de que "La conversación" fuese nominada al Oscar por mejor película y perdiese ante, justamente, "El Padrino II" es testamento de la calidad de esta obra. Brillantemente filmada y actuada, con una banda sonora minimalista a cargo de David Shire y un trabajo increíble de edición de sonido a mano del legendario Walter Murch, "La conversación" es una de las mejores obras de los '70 y uno de los mejores thrillers de la historia. Recomendadísima.

A Late Quartet (2012)

No se puede explicar la música,
no se puede comprender al ser humano.
No se puede explicar la relación entre dos personas,
ni se puede comprender la relación entre el hombre y la música.

A Late Quartet muestra con delicada precisión cómo es la vida del músico: cuáles son sus pasiones, sus desafíos, sus miedos.
A Late Quartet muestra cómo es el ser humano: sus miserias, sus amores, su día a día, sus miedos.

¿Pero cómo?
Lo maravilloso de esta película es que presenta diferentes versiones de cada uno:
el músico apasionado que sólo desea dejarse llevar por la música,
el músico perfeccionista que espera que su interpretación sea exactamente como tiene que ser...
El hombre viejo que enfrenta la realidad de estar transitando la última etapa de su vida y una enfermedad neurodegenerativa,
la chica adolescente que va aprendiendo a separar los hilos de su propia historia de la telaraña tejida por sus padres,
la madre que sigue buscando el diálogo que nunca pudo conseguir con su hija...
etcétera.

Cada persona es una historia diferente, fuertemente enlazada por el leit motiv de sus vidas: la Música.

Podría decir muchísimas cosas más de la película, como que la calidad musical está en un nivel que poco se ve en el cine, los actores son excelentes (Christopher Walken, Philip Seymour Hoffman..!), la historia muy real.... pero verdaderamente en este caso, como en la música, vale muchísimo más que cualquier palabra, sentarse a escuchar, ver y disfrutar de esta hermosa (y dramática) película.