Mientras miraba la película pensaba cómo habría sido realmente: si se eligieron los actores luego de la película, o se escribió la película por la cara de los actores.
Nebraska es una forma cruda, lenta y amarga de presentar la miseria humana, la dejadez a la que podemos llegar como hombres, como hijos, como esposas, como familia. Es la clara imagen de "nada que perder" que los años nos va dibujando en la cara, en nuestra historia.
En este caso, la realidad se presenta a través de Woody, un viejo senil que cree haber ganado un millón de dólares por una publicidad que le llega por correo, y se encapricha con ir hasta Lincoln (Nebraska) aunque tenga que ser caminando, a buscar su premio. David es uno de sus dos hijos que decide llevarlo hasta Lincoln en auto, un poco para que su padre deje de escaparse caminando y que lo devuelva la policía que lo encuentra en el camino, y otro poco para escaparse él mismo de su vida, que se estaba volviendo cada vez más triste.
En todo el camino se van cruzando con muchas personas, y de cada una de ellas se ven diferentes formas en que se transforma la vida a merced del tiempo y del abandono.
Me gustó esta película por varias razones, a saber:
- La cara de los personajes.
Son el fiel reflejo de la idea general de la película.
- La música.
Me pareció EXCELENTE la banda de sonido elegida.
- El guión.
No se habla demasiado, pero cuando se habla, queda muy claro cómo es cada personaje, qué quiere decir, qué significa... y además (en lo personal) me hacía pensar si yo en la misma situación no diría las mismas cosas.
Woody: - "I don't remember. And it doesn't matter."
[...]
Kate: - "You can all just go fuck yourselves!"
- La dirección.
La historia es realmente aburrida (¿A quién le importa la vida de un viejo terco y senil?) , pero muy habilmente el director logra desde el principio que el espectador quiera saber cada vez más cómo va a terminar la historia. Funciona, y funciona muy bien...
... y termina muy bien. Realmente la película de principio a fin no te defrauda. Es aburrida y patética como la vida real, sí. De ello se vale para recordarnos que a nosotros, ese mundo miserable que se parece tanto al que vivimos día a día, y que nada nos dice ni nos afecta, nos interesa demasiado más de lo que quisiéramos.