- Dirección: Scott Teems
- Guión: Scott Teems/William Gay
Uno de los contratiempos que enfrentó esta película es haberse estrenado pocos meses después que Grand Torino: "otra película sobre viejos" habrán dicho los opinólogos, pero la verdad es que esta supera ampliamente a la de Clint Eastwood.
Abner Meecham (Hal Holbrook) es un viejo que un buen día decide abandonar el geriátrico y volver a su casa: una granja en Tennessee. Lo primero que se ven son escenas calmas, con movimientos muy sutiles y colores vivos. Ahí es donde me empezó a gustar: en el primer minuto de la película me deslumbró con una fotografía minuciosa, estudiada, rebuscada. De hecho, no pasan 30 segundos antes de que aparezca una buena fotografía.
La gran diferencia con el Clint Eastwood de "Gran Torino" es que este viejo no fue pistolero ni veterano de guerra, no es un fortachón, no se lo ve en perfecto estado físico. Se nota con claridad en la torpeza de sus movimientos, en sus expresiones de cansancio y de dolor.
Al llegar a la granja se encuentra con que durante su estadía en el asilo su hijo se la alquiló a Lonzo Choat (Ray McKinnon), quien se mudó allí con su familia. Con la terquedad característica de los viejos, Meecham se resiste a abandonar la granja y se instala en una cabaña aledaña a la casa donde antes había vivido, ahora ocupada por la familia de Choat.
Los personajes principales están muy bien construidos, son muy sólidos y la evolución de la historia los aprovecha excelentemente. La actuación de Hal Holbrook es impecable.
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Excelente.
ResponderEliminarCoincido totalmente con tu crítica, salvo por el detalle de que no es una "cabaña aledaña" en donde se instala el viejo, sino que es la cabaña del "arrendatario", habitual en los terrenos de cosecha -una pequeña casita dentro del terreno que la habita el que trabaja la tierra-.
Me encantó la 'quietud' cómo está manejada. Es una película que no te aburre, porque te sumerje muy bien en el dilema sin necesariamente tenerte con la nariz pegada al monitor. No es una historia que requiera que las cosas sucedan muy rápido, y si suceden muy lento tampoco molesta porque mientras tanto te mantiene degustando buenas imágenes, buena música, perfectos diálogos, whatever.
También me gustó porque en base a eso te deja lugar para ir disfrutando, para ir meditando y pensando las cosas que van saliendo. Por ejemplo, en una escena en que simplemente se escucha música de un tocadiscos mientras te va mostrando la casa, yo me quedaba reflexionando sobre qué haría en lugar del viejo, qué pasará con Lonzo, qué pensará la pendeja... etc.
Bueno ya escribí mucho, chau!
Ah me faltó decir uno de los puntos que más me gustó.
ResponderEliminarAl principio uno piensa lo terco que se puede volver un hombre cuando envejece, pero luego va descubriendo a traves de los demás personajes que el viejo tal vez sea el menos terco, que el ser humano en general se cierra totalmente a su forma de pensar y no "abre los ojos" para ver un poco más allá de la realidad que se construyó en la mente.
Lo del viejo no es más que un sentimiento, una pasión, que, llegado a sus 80 años se da cuenta de que realmente es lo más valioso de la vida. y por ello lucha contra una idea standard de hoy en día: "todo lo pasado, lo viejo, ya no sirve". Un viejo individualista contra una sociedad individualista...
Mirá vos: A mi me pasó al revés; al principio me pareció como que el viejo tenía su parte de razón y simpaticé con su situación, pero después empecé a pensar "viejo de mi*rda"
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