No estamos hechos para vivir así. No se supone que vivamos por siempre.
"In time" transcurre en un futuro donde el tiempo es, literalmente, dinero. La gente deja de envejecer a los 25 años, pero, para seguir viviendo, debe trabajar y ganar tiempo, el cual corre segundo a segundo en un verde fluorescente a través de sus brazos. Es un mundo donde los pobres trabajan día a día para subsistir y pagan 5 minutos por un café, mientras que los ricos pueden, efectivamente, vivir por siempre.
Ahora, imaginen por un segundo el tipo de película que podría hacerse con ese concepto. El potencial. Las posibles situaciones. Argumentos. Los comentarios sobre el estado del mundo actual.
"In time" explora estas posibilidades... por no más de 20 minutos.
Will Salas (el ex-NSYNC Justin Timberlake) es un trabajador en un gueto de clase baja, quien tras un encuentro casual amanece con 100 años en su brazo. Es millonario. Se muda a una zona de clase alta donde conoce a Sylvia (Amanda Seyfried), con quien termina entablando una relación a lo Bonnie y Clyde, robando bancos para darles tiempo de vida a los pobres.
Que el argumento de la película se reduzca a eso es casi insultante. Aún más, "In time" casi no juega con las posibilidades que tiene a disposición. En un momento el padre de Sylvia presenta a su suegra, su esposa y su hija a Will, y resultan no solo tener la misma edad sino ser casi idénticas. Las implicaciones son interesantes, pero nunca terminan de ser desarrolladas.
Y, como si los protagonistas débiles y el mal argumento no fuese poco, "In time" esta llena de situaciones ridículas. Una máxima del cine dice que las películas no deben ser creíbles sino coherentes. Si vamos a aceptar el argumento, las situaciones deben tener (por lo menos) lógica dentro del mismo. No puedo escribir mucho más al respecto sin arruinar la película a quien aún no la haya visto, pero si puedo decir esto: prepárense para encontrarse con infinidad de situaciones sin sentido alguno, u incoherentes con lo que haya ocurrido 10 minutos antes.
Andrew Niccol (Gattaca, Señor de la guerra, El show de Truman) escribió y dirigió esta película, y lo cierto es que esta a años luz de sus anteriores producciones. La fotografía es hermosa. La idea es intrigante. Pero los actores principales son de segunda línea, el argumento digno de una mala película de acción y la falta de un mejor editor para el mismo arruinan lo que podría haber sido una obra maestra. No hay nada peor que el potencial desperdiciado.
La estoy por ver...mañana comento!
ResponderEliminarLa vi... y me pasó lo mismo. ¡Tremenda idea tan mal desarrollada! Tantos errores y escenas estúpidas y/o mal guionadas...
ResponderEliminarEs pochoclerísima.
Lo que sí me pareció bueno fue el casting. Las caras elegidas para cada personaje creo que calzan perfecto. Lástima que los actores creo que dieron la peor actuación de sus vidas.
En fin. Va con pororó, o mejor con maní y porrón.