La dama de oro.
Director: Simon Curtis
Helen Mirren, Ryan Reynolds
Basada en hechos reales, cuenta la historia de María Altmann, una mujer austríaca que tiene que huir de su país en la segunda guerra mundial y refugiarse en Estados Unidos.
Después de la muerte de su hermana, María se propone recuperar el cuadro de su tía Adele Bloch-Bauer, el famoso cuadro conocido como la dama de oro, que fue apropiado por los nazis y que hasta ese entonces estaba expuesto en un museo en Viena considerado un ícono del país.
Sin saber cómo proceder, pide consejo a un joven abogado, hijo de otra de las familias judías, quien termina involucrando emocionalmente en la causa.
La historia de por si es bella. Helen Mirren es una gran actriz y eleva el personaje de María hasta hacerlo adorable. La peli nos muestra las dos épocas, la actual en la que María es una mujer mayor con una vida muy distinta a la que supo tener, y el pasado, en el que ella era una joven esposa judía de una familia adinerada que se ve forzada a dejar su patria. Pero lo que más me gustó y la razón por la que la recomiendo es la forma en que muestra las secuelas que dejó el nazismo y que hoy en día persisten.
Austria, si bien aprueba una ley de restitución de obras de arte apropiadas, no está dispuesta a dejar ir lo que considera su Mona Lisa y sobre todo no está dispuesta a admitir su participación y complicidad con el nazismo.
Con todo, es una película sencilla, con sus momentos de reflexión acerca de la identidad de los personajes y la responsabilidad que tenemos sobre nuestra historia tanto personal como la que nos toca como país.
En conclusión, un gran film que vale la pena mirar.
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