Es una película ochentera por donde se lo mire. Está ambientada en el año 1955 en Nueva York y Nueva Orleans. La historia arranca cuando Louis Cyphre (Robert De Niro) contrata al detective Harry Angel (Mickey Rourke) para localizar a un cantante que le debe algo. La investigación lo va llevando por distintos lugares y va conociendo qué le fue pasando a esta persona y a las personas que estuvieron con él.
La ambientación lograda es muy buena, sombría, contiene elementos de vudú, magia negra y demás. Es bastante explícita en algunas escenas. Cuesta verlos a los actores principales tan jóvenes y sin cirugías.
Tiene muchos elementos de Estados Unidos post segunda guerra mundial, como el uso de la morfina, con cosas muy particulares de los lugares donde fue filmada, como la comunidad negra en Nueva Orleans con sus religiones y tradiciones. Un detalle muy latente es el racismo que había en esa època en el que se muestra.
Es una película recomendable para gente que le gustan los thrillers mezclados con terror y que no tiene problemas de ver alguna que otra cosa explícita. Dura casi 2 horas, así que les recomiendo verla sin luz y buen sonido.
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