Lo hago para pagar la hipoteca.
(Defensa de Nuremberg, versión yuppie)
Es claro que deberíamos odiar a Nick Naylor (Aaron Eckhart), pero resulta imposible desde el segundo que aparece en pantalla. Es una persona inteligente, entretenida, gran companía y de carisma irresistible. Un trabajador nato, exitoso, que ama a su hijo. "¿Viste esa persona que puede levantarse a cualquier mujer?" nos cuenta. "Ese soy yo. En anfetaminas".
Lo dicho, Nick es agradable. También es, incidentalmente, vocero y lobbista de la industria tabacalera. Y es excelente en su trabajo; sus acciones pueden espantarte, pero su entusiasmo es contagioso. No importa si se trata de una escuela primaria, una audiencia de primetime, el mismísimo Senado o un modelo de Marlboro enfermo de cáncer terminal. Nick tiene, indefectiblemente, una respuesta para todos.
La película plantea contrapuntos sorprendentemente balanceados sobre el cigarrillo, pero supera esa temática y apunta sus cañones al lobbismo en general - políticos habladores, reporteros inescrupulosos, Hollywood, conductores de televisión y hasta fundamentalistas que terminan vendiendo su valores por dinero. La metralla golpea a todos, incluyendo a las masas que creen todo lo que se les vende. Y aún así es, en el fondo, la historia de un hombre intentando reconciliarse con lo que hace, los que lo rodean y, en particular, su hijo de doce años (Cameron Bright), a quien Nick, orgulloso y espantado en partes iguales, encuentra que se comporta día a día más como él. Las escenas del padre explicándole a su hijo en que consiste su trabajo son deliciosas. "Si argumentas correctamente, nunca estarás equivocado".
"Thank you for smoking" es una sátira inteligente, elegante y sumamente graciosa, del tipo que desgraciadamente ya no se ven muy seguido. Es el debút directorial de Jason Reitman, basada en una novela de Christopher Buckley. Y no solo cuenta con actores brillantes del calibre de Robert Duvall, William Macy, Maria Bello, Rob Lowe o Sam Elliot, sino con un guión y un ritmo impecables. Son 90 minutos que se te van a pasar volando. Recomendadísima.
Lluvia (2008)
Cuando nos atrapa la lluvia podemos empezar a sentir un poco la nada, creernos atrapados en un vacío sin sabor, o aún peor, con olor a monotonía.
Eso le pasa a Alma y nos pasa a nosotros, cuando al principio de la película (de la historia) la vemos varada en un embotellamiento en Buenos Aires causado por una intensa lluvia que no presenta indicios de terminar.
El agua tiene esa habilidad de desnudar, de dejarnos totalmente indefensos mientras va evidenciando nuestra forma más real... y esta idea la capta y la plasma en la historia nuestra directora Paula Hernández para mostrarnos, y mostrarle a ella misma, el desgano en el que vive Alma.
Y aquí hago una pausa para mencionar la calidad actoral que tiene Valeria Bertuccelli para representar esta personalidad que está tan llena de significado (que en una mala actuación aparentaría no ser nada).
Pero el agua sigue cayendo, y encontramos (junto con Alma) que hay más almas atrapadas en la misma lluvia, expuestas y dispuestas a tocarse unas con otras... conocerse... reconocerse...
LLUVIA es el título de la película y lluvia es también su significado; y vale la pena "empaparse" un poco para descubrir que la lluvia no es sólo agua, así como las personas no son sólo cuerpo, que adentro de cada uno hay un pasado y un presente, y que el encuentro entre dos indefensos es empaparse...
Conozcan a Alma, conozcan a Roberto (Ernesto Alterio, otro gran actor) y disfruten de la lluvia.
Eso le pasa a Alma y nos pasa a nosotros, cuando al principio de la película (de la historia) la vemos varada en un embotellamiento en Buenos Aires causado por una intensa lluvia que no presenta indicios de terminar.
El agua tiene esa habilidad de desnudar, de dejarnos totalmente indefensos mientras va evidenciando nuestra forma más real... y esta idea la capta y la plasma en la historia nuestra directora Paula Hernández para mostrarnos, y mostrarle a ella misma, el desgano en el que vive Alma.
Y aquí hago una pausa para mencionar la calidad actoral que tiene Valeria Bertuccelli para representar esta personalidad que está tan llena de significado (que en una mala actuación aparentaría no ser nada).
Pero el agua sigue cayendo, y encontramos (junto con Alma) que hay más almas atrapadas en la misma lluvia, expuestas y dispuestas a tocarse unas con otras... conocerse... reconocerse...
LLUVIA es el título de la película y lluvia es también su significado; y vale la pena "empaparse" un poco para descubrir que la lluvia no es sólo agua, así como las personas no son sólo cuerpo, que adentro de cada uno hay un pasado y un presente, y que el encuentro entre dos indefensos es empaparse...
Conozcan a Alma, conozcan a Roberto (Ernesto Alterio, otro gran actor) y disfruten de la lluvia.
Categorías:
LuZmila,
para orgullo nacional,
Paula Hernández
Perdidos en Tokio (2003)
Titulo Original: Lost in Translation
Director: Sofia Coppola
“Let’s never come here again because it will never be as much fun” – Charlotte
Bob Harris (Bill Murray) y Charlotte (Scarlett Johansson) por diferentes motivos van a parar en un hotel de Tokio. Él es un famoso actor que visita Japón para filmar un comercial.
Ella es una esposa joven que acompaña a su marido fotógrafo. Ambos están totalmente perdidos, no se encuentran en su ambiente, no pueden dormir debido al cambio horario y la barrera idiomatica
que se presenta. Debido a esto surge entre ambos breve conexión que los ayuda a sobrellevar sus malestares, que obviamente incluyen un cierto descontento con la vida. Ninguno resuelve del todo su situación, pero al menos sienten que el otro lo entiende.
La película es sencilla pero profunda en su fondo. Va mostrando "las aventuras" de la pareja protagonista que son bien simples e insípidas, pero van desarrollando un lazo emocional entre ambos, que no se expresa con gran drama, sino más bien con sutileza. haciéndola más creíble y diferente a los dramas de Hollywood, lo cual puede llegar a parecer que la película no tiene fuerza.
Ya he visto la cinta varias veces y siempre me mantiene entretenida observando todos los gestos y pensando a cada momento hasta donde llega el enamoramiento momentáneo de ambos. Y tal vez más de uno se haya quedado dormido ya que la historia no están fluida. En mi caso siempre me ha gustado lo sutil, todo aquello en lo que pueda pensar "que quiso decir con eso" o ese ambiente de deseo mutuo que no se termina de concretar hasta mucho después.Prefiero suponer.
Categorías:
Drama,
Sofia Coppola,
totora
The Road (2009)
- ¿Alguna vez deseaste morir?
- No. Pedir lujos en estos tiempos es una tontería.
"The Road" tiene, en la superficie, poco guión para justificar una recomendación. Un hombre (Viggo Mortensen) y su hijo (Kodi Smit-McPhee) recorren caminos cubiertos de ceniza tras un evento apocalíptico que terminó, aparentemente, con toda la flora y fauna del planeta. Muy poca gente subsiste, y la que lo hace tiene problemas para alimentarse. Eventualmente descubrimos que muchos sobrevivientes decaen al canibalismo.
Padre e hijo tienen una única misión: llegar a la costa.
"Noches más oscuras que la oscuridad y cada día más gris que el anterior. Como el comienzo de un frío glaucoma atenuando el mundo." Así comienza la novela de Cormac McCarthy en la cual se basa la película, cuya cruel poesía ha sido adaptada de manera sublime al celuloide. Es un mundo oscuro, de tonos grises y marrones, desolador y hermoso en partes iguales, pero absolutamente conviencente - "The Road" consume al espectador con actuaciones sólidas, una fotografía impactante y la cruda certeza de saber que, pase lo que pase a continuación, el final jamás sera el esperado.
El hilo conductor de "The Road" son las relaciones humanas. La de un padre intentando cuidar y criar a su hijo aterrorizado por un cataclismo que no puede entender, pero aún capaz de ser optimista y amable en su inocencia. Los dilemas éticos sobre enseñar la mejor manera de suicidarse con un arma, que hacer con un viejo (Robert Duvall, robándose 10 minutos de película) que muere de hambre o un hombre que les roba no por que quiera sino porque lo necesita. Y aún mas poderosos son los segmentos donde el Padre recuerda la vida con su esposa (Charlize Theron) y sus reacciones ante el fin del mundo.
"The Road" es triste y desoladora, pero transciende sus tonos grises con poderosas parábolas sobre la fe, la amabilidad y la familia. Padre, hijo e espectadores comprenden con cada paso que el único objetivo de sobrevivir cuando no hay ninguna razón para hacerlo es, quizas, que aún en las condiciones más terribles la humanidad debe prevalecer. "Llevamos la llama", explica el padre, y la expresion de Mortensen demuestra que lo único honesto en esa frase es el intento de que su hijo no pierda la fe. Aún cuando su hijo, como cualquier otro, entiende más de lo que su padre desearía.
Ciertamente no es una película para todos. Pero si el argumento llama tu atención no puedo más que recomendarla encarecidamente. Es un viaje visceral y duro, pero que bien vale la pena.
- No. Pedir lujos en estos tiempos es una tontería.
"The Road" tiene, en la superficie, poco guión para justificar una recomendación. Un hombre (Viggo Mortensen) y su hijo (Kodi Smit-McPhee) recorren caminos cubiertos de ceniza tras un evento apocalíptico que terminó, aparentemente, con toda la flora y fauna del planeta. Muy poca gente subsiste, y la que lo hace tiene problemas para alimentarse. Eventualmente descubrimos que muchos sobrevivientes decaen al canibalismo.
Padre e hijo tienen una única misión: llegar a la costa.
"Noches más oscuras que la oscuridad y cada día más gris que el anterior. Como el comienzo de un frío glaucoma atenuando el mundo." Así comienza la novela de Cormac McCarthy en la cual se basa la película, cuya cruel poesía ha sido adaptada de manera sublime al celuloide. Es un mundo oscuro, de tonos grises y marrones, desolador y hermoso en partes iguales, pero absolutamente conviencente - "The Road" consume al espectador con actuaciones sólidas, una fotografía impactante y la cruda certeza de saber que, pase lo que pase a continuación, el final jamás sera el esperado.
El hilo conductor de "The Road" son las relaciones humanas. La de un padre intentando cuidar y criar a su hijo aterrorizado por un cataclismo que no puede entender, pero aún capaz de ser optimista y amable en su inocencia. Los dilemas éticos sobre enseñar la mejor manera de suicidarse con un arma, que hacer con un viejo (Robert Duvall, robándose 10 minutos de película) que muere de hambre o un hombre que les roba no por que quiera sino porque lo necesita. Y aún mas poderosos son los segmentos donde el Padre recuerda la vida con su esposa (Charlize Theron) y sus reacciones ante el fin del mundo.
"The Road" es triste y desoladora, pero transciende sus tonos grises con poderosas parábolas sobre la fe, la amabilidad y la familia. Padre, hijo e espectadores comprenden con cada paso que el único objetivo de sobrevivir cuando no hay ninguna razón para hacerlo es, quizas, que aún en las condiciones más terribles la humanidad debe prevalecer. "Llevamos la llama", explica el padre, y la expresion de Mortensen demuestra que lo único honesto en esa frase es el intento de que su hijo no pierda la fe. Aún cuando su hijo, como cualquier otro, entiende más de lo que su padre desearía.
Ciertamente no es una película para todos. Pero si el argumento llama tu atención no puedo más que recomendarla encarecidamente. Es un viaje visceral y duro, pero que bien vale la pena.
Categorías:
Don Señor Peliculón,
Drama,
John Hillcoat,
Licha,
Suspenso
Las Acacias (2011)
Para los enamorados del cine argentino, Las Acacias es una razón más para mantener ese amor vivo.
¿Por qué?
Es como destapar un frasco de esencia de rosas e instantáneamente captar con un sólo sentido todo el significado de la flor...
¿Muy hippie?
No es la idea. Pero sí el concepto de simplificar el mensaje, de captar el trasfondo y despejar todo para que se vea sólo eso.
¿Y cuál es ese mensaje?
Para verlo bien, dispongan de 82 minutos de su tiempo libre, y se van a encontrar con 1500 kilómetros de ruta que une no sólo a Asunción del Paraguay con Buenos Aires, sino también a Jacinta con Rubén, junto con la pequeña Anahí.
Estos tres personajes representan lo que Giorgelli (creo) quiso decir que corre por las venas (las rutas) argentinas:
el hombre adulto, esa cara cansada y llena de dureza y de silencio,
lo blandito del cuerpo de un bebé, la ternura,
... y la elasticidad de la sonrisa de una mujer que es madre.
Lo que pasa cuando estas tres esencias se juntan en argentina, lo van a ver claramente en la película.
Y prepárense el mate antes de darle Play. :D
¿Por qué?
Es como destapar un frasco de esencia de rosas e instantáneamente captar con un sólo sentido todo el significado de la flor...
¿Muy hippie?
No es la idea. Pero sí el concepto de simplificar el mensaje, de captar el trasfondo y despejar todo para que se vea sólo eso.
¿Y cuál es ese mensaje?
Para verlo bien, dispongan de 82 minutos de su tiempo libre, y se van a encontrar con 1500 kilómetros de ruta que une no sólo a Asunción del Paraguay con Buenos Aires, sino también a Jacinta con Rubén, junto con la pequeña Anahí.
Estos tres personajes representan lo que Giorgelli (creo) quiso decir que corre por las venas (las rutas) argentinas:
el hombre adulto, esa cara cansada y llena de dureza y de silencio,
lo blandito del cuerpo de un bebé, la ternura,
... y la elasticidad de la sonrisa de una mujer que es madre.
Lo que pasa cuando estas tres esencias se juntan en argentina, lo van a ver claramente en la película.
Y prepárense el mate antes de darle Play. :D
Categorías:
LuZmila,
Pablo Giorgelli,
para orgullo nacional
Suscribirse a:
Entradas (Atom)