- ¿Alguna vez deseaste morir?
- No. Pedir lujos en estos tiempos es una tontería.
"The Road" tiene, en la superficie, poco guión para justificar una recomendación. Un hombre (Viggo Mortensen) y su hijo (Kodi Smit-McPhee) recorren caminos cubiertos de ceniza tras un evento apocalíptico que terminó, aparentemente, con toda la flora y fauna del planeta. Muy poca gente subsiste, y la que lo hace tiene problemas para alimentarse. Eventualmente descubrimos que muchos sobrevivientes decaen al canibalismo.
Padre e hijo tienen una única misión: llegar a la costa.
"Noches más oscuras que la oscuridad y cada día más gris que el anterior. Como el comienzo de un frío glaucoma atenuando el mundo." Así comienza la novela de Cormac McCarthy en la cual se basa la película, cuya cruel poesía ha sido adaptada de manera sublime al celuloide. Es un mundo oscuro, de tonos grises y marrones, desolador y hermoso en partes iguales, pero absolutamente conviencente - "The Road" consume al espectador con actuaciones sólidas, una fotografía impactante y la cruda certeza de saber que, pase lo que pase a continuación, el final jamás sera el esperado.
El hilo conductor de "The Road" son las relaciones humanas. La de un padre intentando cuidar y criar a su hijo aterrorizado por un cataclismo que no puede entender, pero aún capaz de ser optimista y amable en su inocencia. Los dilemas éticos sobre enseñar la mejor manera de suicidarse con un arma, que hacer con un viejo (Robert Duvall, robándose 10 minutos de película) que muere de hambre o un hombre que les roba no por que quiera sino porque lo necesita. Y aún mas poderosos son los segmentos donde el Padre recuerda la vida con su esposa (Charlize Theron) y sus reacciones ante el fin del mundo.
"The Road" es triste y desoladora, pero transciende sus tonos grises con poderosas parábolas sobre la fe, la amabilidad y la familia. Padre, hijo e espectadores comprenden con cada paso que el único objetivo de sobrevivir cuando no hay ninguna razón para hacerlo es, quizas, que aún en las condiciones más terribles la humanidad debe prevalecer. "Llevamos la llama", explica el padre, y la expresion de Mortensen demuestra que lo único honesto en esa frase es el intento de que su hijo no pierda la fe. Aún cuando su hijo, como cualquier otro, entiende más de lo que su padre desearía.
Ciertamente no es una película para todos. Pero si el argumento llama tu atención no puedo más que recomendarla encarecidamente. Es un viaje visceral y duro, pero que bien vale la pena.
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